niños en el suelo jugando

CÓMO PREVENIR DIFICULTADES EMOCIONALES EN LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA

Yolanda G. Albuerne / Mayo 2023

¿Qué factores pueden contribuir al desarrollo de problemas emocionales durante la infancia y primera adolescencia?

Hay determinados factores que pueden contribuir en el desarrollo de alteraciones emocionales infantiles: desamor, rechazo, hostilidad, violencia familiar, falta de control, negligencia parental, depresión materna, inconsistencia entre los educadores, o problemas psiquiátricos y legales por parte de los padres.

¿Los Trastornos Emocionales Infantiles pueden ser preludio de problemas futuros?

Efectivamente, los padres deben de estar atentos a determinados síntomas que sus hijos puedan presentar durante las primeras etapas de la vida, la infancia y primera adolescencia. Muchos de los problemas que aparecen durante estos años tienen fácil solución, es decir, si se abordan a su debido tiempo el pronóstico es muy favorable.  Nos podemos encontrar con trastornos como ansiedad de separación, fobia escolar, fobia generalizada, fobias específicas, miedos, depresión, etc., síntomas que aparentemente pueden pasar desapercibidos, y, sin embargo, ser el preludio de problemas futuros.

¿Cómo pueden los padres prevenir problemas emocionales futuros en sus hijos?

Los estudios longitudinales informan de una serie de pautas de crianza que son factores de protección en el desarrollo de problemas emocionales futuros.

Por regla general, está indicado que los padres establezcan y trabajen con sus hijos niveles crecientes de independencia, incrementando la capacidad de afrontamiento de problemas en solitario.

Hasta los tres años, la imitación es el método ideal de aprendizaje para los niños. Por lo que los adultos deben ser un modelo óptimo para ello, por ejemplo, evitar perder el control emocional ante ellos. Ya que los niños aprenderán por imitación a gestionar sus emociones negativas de igual manera. Los padres son modelos de sus hijos, con lo cual, si ellos no se saben regular emocionalmente, no podrán enseñar la autorregulación a sus hijos.

La retirada de atención hacia conductas emocionalmente excesivas suele ser suficientes, incluso ante niños que no hablan aún.

Los padres también deben trabajar con el niño el cumplimiento y aceptación de normas de convivencia y saber expresar la disconformidad y satisfacción, pero respetando al otro y colaborando y ayudar en caso de necesidad. En este caso, los adultos serán también un modelo para imitar.

La capacidad de resiliencia es otro aspecto que se debe de enseñar en familia. En los estudios que se han llevado a cabo se ha constatado que la resiliencia correlaciona positivamente con la salud mental. Es una capacidad que se puede aprender y enseñar.

¿El sistema de refuerzos y castigos también influye en la salud mental de los niños?

Todo influye, ya que es una fase en la que el cerebro se está formando y se encuentra muy receptivo a los estímulos del entorno. Por lo que, los padres tendrán que administrar de manera adecuada premios y consecuencias negativas ante determinadas conductas que emitan sus hijos. El niño debe aprender un sistema de refuerzos y consecuencias de manera proporcional y congruente, nunca inconsistente.

Cuando se administra un castigo ha de tenerse mucho cuidado, así que es importantísimo saberlo manejar, ya que, si no es así, las consecuencias pueden ser totalmente contrarias a lo que se persigue. Por otro lado, los premios y refuerzos han de administrarse también con cuidado para que no pierdan efectividad.

Finalmente, cabe añadir que la salud emocional de nuestros hijos no depende totalmente del entorno familiar, hay otros factores contribuyentes que también participan, como es la biología, las experiencias, circunstancia, etc. Pero la investigación sugiere que la actuación familiar tiene una gran influencia al respecto.

Una persona con trastorno de ansiedad por separación en la edad adulta (TASA) presenta exceso de angustia ante la ocurrencia real o la percepción de la separación del hogar o de sus principales figuras de apego, pueden ser parejas, hijos, u otras personas significativas. Se preocupan por el bienestar o muerte potencial de sus seres queridos. Cuando se separan de sus figuras de apego les invade una gran preocupación y necesidad de conocer donde se encuentran en ese momento.

Este trastorno ha sido asociado en mayor frecuencia con la mujer, nivel educativo de bajo a medio alto, y a un funcionamiento desadaptativo familiar u otras adversidades o traumas que se hayan podido dar durante la niñez. Se ha encontrado relación entre el trastorno de ansiedad de separación en la infancia y el trastorno de pánico en la edad adulta. Asimismo, las personas que presentan TASA pueden presentar en mayor medida depresión mayor, trastornos de personalidad, trastorno bipolar I y II, así como ansiedad generalizada.